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“Cara social y ambiental” de los plaguicidas agrícolas

Los plaguicidas dañan la salud de los campesinos, pero también de los consumidores

Por: J. Luis Seefoó Luján *

¿Qué son, en qué se usan los plaguicidas? 

Los plaguicidas son componentes sustanciales de la agricultura industrial, omnipresentes tanto en el tradicional ecuaro de maíz como en la más sofisticada huerta de aguacate, naranja o fresa. Sea que se trate de controlar la mancha del sol en aguacate (Avocado Sunblotch, ASBVd), el dragón amarillo (Huanglongbing, HLB) en los cítricos, el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), en el maíz, estos biocidas se aplican en la preparación del suelo (Carbofuran, Metam Sodio), la “cura” de semilla  (Tiofanato metilico; ácido sulfúrico), el desarrollo de las plantas y/o en la  protección de los granos, frutas, flores y hortalizas en bodega.  

La exposición laboral directa que experimentan los trabajadores agrícolas se extiende en el espacio y el tiempo por el acarreo de partículas a través del aire pues viven –generalmente- en la proximidad de las parcelas- en viviendas sin protección y son usuarios –consumidores de agua tratada con Temefos (organofosforado, anti larvas de Aedes Aegypti) aplicado en los contenedores del líquido vital; duermen semi intoxicados con Piretroides, Piretrinas, Aletrinas, Butilhidroxitolueno, Butóxido de piperonilo de uso común como repelentes de mosquitos y usan otros compuestos para controlar ácaros y roedores (Azufre, Fosfuro de zinc metílico, Warfarina).  

Si bien, los plaguicidas son sustancias que nos acompañan en la cocina, recámara y parcelas, es posible que por su volumen y frecuencia de aplicación, los mayores y más graves problemas ambientales, ocurran en la agricultura. El deterioro en las redes tróficas cuya interconexión -mediante relaciones de alimentación- propicia el descontrol de “enemigos naturales” de organismos plaga y contribuye a la bioacumulación de metabolitos con consecuencias lamentables para otros seres vivos, incluyendo a los seres humanos.  

El monocultivo industrial (38.7 millones de hectáreas de soya en Argentina; 805, 683 hectáreas de caña, México, 2021-2022), los cultivos de contra estación (México, mango en octubre), los vínculos mundiales (uva de Chile a México; manzana de Nueva Zelanda  a EUA), el uso de sustancias químicas para acrecentar el tamaño o  brillo de un fruto (ácido giberélico, uva, campos Miguel Alemán, Hermosillo); la importación de planta madre de fresa  desde California y Florida, sin calidad certificada, son factores de estimulan el uso de plaguicidas requeridos por semillas mejoradas in vitro; material genético que no han experimentado la acción de virus, insectos ni presiones ambientales y necesitan “antibióticos a pasto” para sobrevivir.  

Regionalmente se describen secuencias de impactos relevantes de plagas y plaguicidas: el ingreso a México -desde Texas- del pulgón amarillo del sorgo (Melanaphis sacchari) y su combate con neonocotinoides (Imidacloprid, Clotianidina,Thiamethozan) con daños en las abejas; paratrioza y la erradicación del cultivo de papa en Zamora por más de treinta años; la Neopestalotiopsis como agente que daña a la fresa y cuyo control coloca al cultivo en alto riesgo; y el virus rugoso del tomate (TBRFV, Israel 2016; Arabia Saudita, 2016) que podría devastar las siembras de jitomate en Yurécuaro y en todo el país.  

Entre los efectos más conocidos de los plaguicidas en la salud humana identificamos las intoxicaciones agudas, los efectos crónicos (cáncer, disminución de la cantidad basal de espermatozoides), alteraciones metabólicas y probable inducción a diabetes mellitus y disrupción endocrina, pero la investigación continúa y también la presión de la gran industria transnacional que argumenta que los plaguicidas son necesarios.  

Nuestra sesión trimestral de noviembre convoca  pensar: si la alarma por las consecuencias reales y probables a la salud y al medio ambiente, ¿Deriva de consumidores urbanos de cierto nivel de información que está fuera de la realidad de la inmensa mayoría de la población? 

Pero, ¿hay alternativas? 

De igual modo, dada la expansión de los cultivos para abastecer a las grandes ciudades de alimentos (trigo, arroz y maíz), es inevitable cuestionar: ¿Es viable cultivar sin plaguicidas y sin fertilizantes? Y, en la preocupación por los espacios locales, ¿Los suelos y agua de Huiramba, Tingambato están condenados a sustituir los ambientes zamoranos súper explotados en este último medio siglo fresero? Algo muy difícil de resolver: ¿es una conducta ética que los consumidores urbanos y las empresas que se benefician con la generación, formulación y distribución de plaguicidas transfieran los riesgos a los jornaleros agrícolas? ¿Hay alternativas a los biocidas químicos asperjados en el cultivo de cebolla en Cojumatlán?  

*J.Luis Seefoó Luján, es colaborador de Zamora Despierta. Doctor en Desarrollo Regional por la UdeG y profesor investigador del Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán. seefoo@colmich. edu.mx. El contenido de este artículo es responsabilidad de su autor/a.

¿Agua para todos antes de 2030? — Marzo 22 Día Mundial del Agua 

Por: J. Luis Seefoó Luján*

Lograr suficiente cantidad, calidad y disponibilidad del agua para todos antes del año 2030 es una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU)  de alta prioridad. Ese propósito debe concretarse tanto a nivel continental como en cada cuenca, colonia y en casa-habitación. Del discurso y decisiones internacionales hay que bajar a cada manantial (El Bosque, Ostukuaro) y cada pozo artesiano. 

Desde 1992, por impulso de la Cumbre de Rio de Janeiro, el Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. Y no es una fiesta sino de una exigencia nacional e individual para producir y usar el agua sin excesiva desigualdad ni desperdicio. 

Esta celebración tiene por objetivo crear concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo anhelado de: Agua y saneamiento para todos antes de 2030

En esa perspectiva, el Consejo de la Fresa y el Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán invitan a participar en las actividades académico sociales (conferencias, ponencias) que se desarrollarán en el auditorio de la Comunidad Agraria de Zamora (avenida Juárez Oriente número 339) de 9:00 a 19:30 horas el día martes 22 de marzo de 2022, Día Mundial del Agua. 

Sobreexplotación de aguas del subsuelo

El programa académico-social incluye cuatro partes: primera, una reflexión sobre la cuenca y las conexiones que hay desde los hogares, ríos y arroyos hasta los grandes lagos (Mtra. Ana Elisa Martínez del Río,Universidad de la Ciénega) un acercamiento al uso del agua y plásticos en el cultivo de fresa (Dra. Lucie Crespo Stupková,Colmich); segunda, estudios recientes sobre la calidad del agua de pozos en Zamora (Mtra. Claudia Alejandra Reyes Toscano, UMSNH) y panorama de los hundimiento del suelo en el Valle de Zamora por abatimiento de los mantos freáticos y/o fallas geológicas (Dr. Victor Manuel  Hernández Madrigal, UMSNH); tercera, en una visión de varios decenios se analizan los cambios medioambientales del Duero desde el año 1983 hasta 2020 (Dr. Martín López Hernández, Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM 

Ciudad de México y M. en C. María Guadalupe Ramos Espinosa, Departamento de Producción Agrícola y Animal, UAM-Xochimilco) y se ejemplifica el uso y manejo de agua en la ciudad de Jacona (Arq.. Benjamín Garibay Casillas) .  

Finalmente,con la experienciaconcreta, viva del riego agrícola en una amplia región, directivos de las asociaciones de regantes (módulos) y de la Comisión del Agua narran el estado del agua en los principales cultivos (Alejandro Ramírez Zaragoza, M 1, José Guadalupe Ramírez Gallegos, M 2, Alfonso Campos Gil, M 3, Jesús Méndez Ceja, M 4e Ing. Luis Javier Zavala López, Ingeniero en jefe  encargado del distrito de riego). 

Navegando contra corriente  

Nada fácil, la Unión Agrícola Regional de Productores de Fresa y Hortaliza del Valle de Zamora, más conocida como “La Unión”, tiene casi treinta años impulsando el saneamiento de la cuenca del río Duero y tal demanda cobra publicidad en tiempos electorales, pero pronto se olvida. Ahora, con la gestión en las cámaras, la demanda del saneamiento toma otros aires. 

A nivel regional, se intenta impulsar acciones que tomen en cuentan las distintas necesidades de agua, desde la elemental, beber líquido de aceptable calidad, hasta los usos no siempre valorados de las fuentes urbanas y, obviamente, el riego para producir alimentos y mercancías para exportación. 

La problemática global que identifica la ONU se dibuja  en estas condiciones:  

1). 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable;  

2). Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea; 3). Alrededor del 40 % de toda el agua utilizada para el riego proviene de acuíferos; 4). La región de Asia y el Pacífico tiene la menor disponibilidad de agua per cápita del mundo, y se prevé que el uso de las aguas subterráneas en la región aumente un 30 % de aquí a 2050;  

5). En América del Norte y Europa, los nitratos y los pesticidas constituyen una gran amenaza para la calidad de las aguas subterráneas: el 20 % de las masas de agua subterránea de la UE incumple la legislación comunitaria en materia de calidad del agua a raíz de la contaminación agrícola. 

Una cuestión crucial es que cada vez colocamos “más popotes” al mismo vaso para extraer mayor cantidad de líquido y estamos “vaciando” los mantos sin recargar. Un mañana que sea muy tarde, las empresas que extraen millones de litros cada  temporada para sus cultivos de exportación deberán “apagar la bomba un momento” y valorar si es viable succionar indefinidamente. 

En Zamora, como en otras latitudes, no sabemos cuánta agua hay ni de que calidad. Por el color y el sabor suponemos que los menos de mil litros diarios que llegan a las casas en Cosmos, Progreso y Valencia no son de  agua potable, pero imaginamos que es líquido apropiado para las necesidades humanas. 

La ONU, en este 2022  pone el foco de atención en las aguas subterráneas: “… unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua). Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos” (ONU, texto en línea 14-03-2022). 

Naciones Unidas enfatiza en ese “guardadito” que se está acabando: “… La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua  utilizada para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales” (ONU, texto en línea, 14-03-2022). 

A tono con las observaciones de Naciones Unidades, el Consejo de la Fresa advierte que el cauce del Duero está disminuyendo, que los manantiales dan menos agua y que tanto perforar en Zamora, Tangancícuaro y demás municipios nos puede llevar a un punto sin solución.  

Con otras palabras y como resultado de la experiencia, Conafresa y la Unión de Freseros han dicho, en sintonía con la ONU que: “las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos … (y que) debemos protegerlas de la sobre explotación  y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso” (ONU, ibid.). 

Este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, es otra oportunidad para promover el conocimiento del ciclo del agua y para revalorar la urgencia de sanear la cuenca em favor de esta y las futuras generaciones

*J.Luis Seefoó Luján, es colaborador de Zamora Despierta. Doctor en Desarrollo Regional por la UdeG y profesor investigador del Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán. seefoo@colmich. edu.mx. El contenido de este artículo es responsabilidad de su autor/a.