¿Remate de áreas de donación?*

Este choro es animado por la decisión tomada por el cabildo de la Villa de las Flores (viernes 5 de marzo), en contra de los colonos del Fraccionamiento “Los Pirules” de Lerdo de Tejada, Fraccionamiento Resurrección, que solicitan continuar con la  posesión y uso del  área de donación. Los colonos, como se lee en su carta, se comprometen a mantener y hacer las mejoras que impliquen el mejoramiento del proyecto. Esa carta fue recibida por el gobierno municipal a las 11:30 horas del día 5 de marzo. 

Cabildo: de custodio del derecho a agente inmobiliario

Con el voto aprobatorio de 8 de 12 regidores, el gobierno de Jacona quiere rematar 6 predios de áreas de donación de Los Pirules,  Rincón de la Huerta, Hacienda El Realejo y Villas de la Peñita de San Pablo para obtener recursos que -dicen- se aplicarán en obras de la Calzada Zamora-Jacona y del fraccionamiento Lomas Universidad.

La intención de venta no es ninguna sorpresa, las áreas de donación (siempre) son “la caja chica” de los alcaldes y más de alguna vez ha sido una simulada venta en familia o, peor, un regalo entre la misma clase política. Lo usual es que la población calle por comodidad, por “no tener problemas”; ahora, lo novedoso es que la gente afectada de “Los Pirules”, exprese su inconformidad.

En este asunto crucial debe quedar claro que la función del cabildo es actuar como garante del desarrollo urbano; su tarea es asegurar que ese espacio se use para cubrir las necesidades que los mismos colonos (no el cabildo) han acordado por consenso o mayoría: ¿un jardín, bosque, campo deportivo, construcción de una escuela, iglesia?

El gobierno no es propietario en sentido absoluto de las áreas de donación sino el responsable de que esos espacios se utilicen para los servicios convenidos entre los colonos de cada uno de los asentamientos.

El gobierno municipal no tiene lo que se conoce como “el derecho a disponer” (venta, renta; jus abutendi), mientras que los colonos tiene el derecho de uso (jus utendi) y tampoco pueden enajenar.

No pueden decidir el uso de esos terrenos sin el consentimiento de los colonos

Desde que se enteraron -de un modo repentino el jueves 4 de marzo-, la Asociación de Colonos del coto residencial “Los Pirules”, escribieron a la señora presidenta: “… solicitamos el derecho de quedarnos con el área de donación del municipio (…) queremos que nos conceda el derecho del área de donación que corresponde al municipio que se encuentra ubicada al interior del coto con la finalidad de mantenerla como un área verde urbana y gozar de los beneficios como hasta hoy se ha venido realizando (…) como colonos nos comprometemos a mantener y hacer las mejoras que implique el mejoramiento del proyecto”. 

Como en los viejos tiempos del PRI, sólo a una reducida comisión le fue permitido asistir a la reunión del cabildo, sin asesores, sin prensa.

¿Qué son las áreas de donación?

El área de donación es la superficie de terreno que el fraccionador transmite a título gratuito al ayuntamiento, destinada para el equipamiento urbano del predio o zona donde se ubique (274, fracción III del Código de Desarrollo Urbano del Estado de Michoacán de Ocampo, 26 de diciembre del 2007, reformado el 24 de mayo de 2011). Este par de conceptos es muy importante: son terrenos transmitidos al ayuntamiento para servicio de la gente, para espacios deportivos, recreativos, no para otros usos y menos para ser vendidos a particulares.

Las áreas de donación convertidas en áreas verdes, forestadas y sin árboles son captadoras de agua de lluvia. Ahora, con cubierta vegetal (árboles, arbustos y plantas ornamentales) son pequeños pulmones que dan vida (captan bióxido de carbono y liberan oxígeno; favorecen la carga de agua pluvial.

El Código Urbano de 2007 prohibía la práctica ejercida por los ayuntamientos: “Las áreas de donación en los desarrollos urbanos o desarrollos en condominio no podrán ser objeto de enajenación, salvo en los casos previstos en este Código” (artículo 297). Y no indicaba en qué casos sí autorizaba su venta. Con esa salvedad (más bien, ilegalidad), las administraciones tuvieron su <<caja chica>> en perjuicio de la gente.

El mismo Código precisaba a qué debía destinarse el terreno: “El cincuenta por ciento deberá destinarse para áreas  verdes, parques o plazas públicas, en las cuales el fraccionador tendrá la obligación de equiparlas para tales efectos  y el otro cincuenta por ciento, se destinará para la construcción de equipamiento educativo público del nivel básico, áreas deportivas o recreativas e instalaciones de comercio, salud y asistencia públicas (artículo 297, Código 2007).

Agregaba, además, ciertas características como ubicarse dentro del desarrollo e  integrar un solo polígono si no rebasa los 5 mil metros cuadrados (media hectárea). Las permutas practicadas y la cesión de áreas fragmentadas han sido ejercicios ilegales tolerados por colonos necesitados de casa habitación (en cualquier condición) y un poco apáticos. También -y no en pocas ocasiones- los pobladores han preferido la conversión de las áreas verdes en <<planchas de cemento>> porque “los árboles echan muchas hojas” o por  las molestias que provoca el uso indebido  del espacio cuando se transforma en cantina o sanitario a cielo abierto, hotel de paso, fumadero de cannabis o sanitario para perros educados. Como sabemos,  los dueños de perros dicen que sus mascotas son educadas y sólo defecan en sus casas.

¿Quién obsequia las áreas de donación?

El área de donación no es un regalo de nadie. Pese a que el Código dice que el fraccionador “transmite al ayuntamiento a  título gratuito”, eso no significa que nadie pague el terreno.  El precio del terreno para calles, espacio de bombeo del agua y área de donación es prorrateado entre todos los compradores; no es un obsequio del fraccionador ni del gobierno. Cada lote habiente cubre una proporción del precio de esos espacios.

Tampoco es un lujo, cubre necesidades elementales para que los niños no tengan que ir  a lugares lejanos ni las familias deban transportarse a largas distancias para caminar  y respirar aire más puro o gozar de la belleza de un jardín. 

Los candados de Samuel Arturo Navarro Sánchez

Fue tan excesiva la práctica de dejar sin  áreas de donación a las colonias que el propio Samuel Arturo, ex alcalde de Zamora, promovió una reforma al artículo 136 de la Ley Orgánica Municipal para colocar otro “candado” a las ventas de terrenos municipales al precio de “me lo llevo”. El texto dice:

“No podrán ser sujetos de venta, permuta, donación, cesión, comodato o cualquier acto de enajenación, los bienes inmuebles municipales adquiridos por: II. Donación de desarrollos habitacionales; y, II. Transferencia o enajenación de áreas de donación estatal de desarrollos habitacionales” (Ley Orgánica Municipal, reforma artículo 136, mayo 24 de 2011).

A casi cuarenta años de la reforma al artículo 27 constitucional que estimuló el mercado de tierras en perjuicio de la agricultura y a diez de la reforma de Samuel Arturo, resulta interesante averiguar: ¿Cuánto queda de áreas de donación en Jacona -y en Zamora? ¿Resistirán la tentación de vender lo que no es completamente suyo?

Destruir lo más valioso … 

Parece obvio que los dos bienes indispensables para vivir son el oxígeno y el agua, pero no por ser tan valiosos estamos dispuestos a hacer algo por producirlos, conservarlos y utilizarlos. No aceptamos invertir trabajo ni dinero y tampoco  pagar por ellos. Su valor de uso es tan grande que pagamos lo menos posible por ellos aunque un ser humano sólo puede vivir unos minutos sin oxígeno y unos días sin beber agua.

Regidores: 

En los tiempos idos algunos ricos se hacían extraer un diente sano para incrustarse una pieza de oro. Ahora Ustedes propician la tala de esas pequeñas áreas o su destrucción y cubierta de asfalto. No, definitivamente no es buena idea continuar despojando a las colonias de sus áreas. Aún sin árboles bonitos, sin plantas de ornato, son zonas de captación de lluvia.

 ¡Recapaciten!

*J.Luis Seefoó Luján, es colaborador de Zamora Despierta. Doctor en Desarrollo Regional por la UdeG y profesor investigador del Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán. seefoo@colmich. edu.mx. El contenido de este artículo es responsabilidad de su autor/a.

La gravedad y el tubo de La Calzada**

No estoy seguro de plantear “la gravedad del tubo de La Calzada” o “El tubo de La Calzada y la gravedad” para comentar la importante obra que se lleva a cabo en ese conocido espacio que vincula a Jacona y Zamora. Sobre la marcha trataré de precisar la cuestión que por ahora trazo de un modo preliminar.

Es posible que  sea viable conducir el agua de lluvia que se acumula formando un lago; que sea posible hacerla fluir por un ducto de 36 pulgadas hacia la alcantarilla localizada cerca del puente que une La Calzada Zamora-Jacona. Sí, parece una solución, pero hay serias dudas y esa decisión puede agravará más las inundaciones.

Un punto de partida es obtener información de parte de las autoridades responsables. Para ello el  ingeniero Manuel Torres Puga se ha dirigido por escrito a la alcaldesa, la Licenciada Adriana Campos Huirache, de Jacona así como a los directores de obras públicas, ing. Gerardo Alvarez Acevedo, y del sistema de agua potable, licenciado Gustavo Avila Pimentel, solicitando  copia del proyecto de entubamiento en el que trabaja una empresa privada en estos momentos.

Dada  la normatividad, la cercanía de las elecciones, lo reconocidos que han sido algunos funcionarios regionales por su excelente desempeño y porque nada hay que ocultar, es de esperar que proporcionen información valedera, suficiente y oportuna; pero ¿Y si no contestan? O, si al responder sólo dicen: 1) el oficio fue turnado a la oficina correspondiente; 2) lo sentimos mucho, pero dado que se trata de una obra estratégica, toda la información al respecto estará reservada por 10 años; 3) debido a la pandemia por Covid, todas la acciones oficiales están encaminadas a la prevención y no podemos contestar; o, 4) en virtud de que usted no vive en la calzada, ni en el río Duero, no estamos obligados a obsequiar información alguna.

La gravedad del tubo

Aparte del costo, lo  que más nos interesa  de la obra es si el nuevo tubo será capaz de fluir de sur a norte o se convertirá en una fuente que aflore en la calzada y fraccionamientos contiguos dadas  estas condiciones 1)  la superficie de captación pluvial (cerro de Las Cruces, colonias y calles del oriente de Jacona); 2)  el volumen, velocidad y presión del caudal del Duero (dren “A”) en esa área trazada desde el desemboque del canal Tamándaro hasta el puente de la calzada Zamora-Jacona; 3) la pendiente del “Ensueño” al nivel de aguas máximo ordinarias (Namo) del Duero (dren “A”); 4) la obstrucción (quizá errónea) del ducto que cruza la calzada de este a oeste (Oxxo y gasolinera a negocio de automóviles); más 5) el flujo de drenaje que fluye de sur a norte (Ensueño al río, bajo el puente.

Basados en el sentido común y la experiencia que plomeros y albañiles han observado en La Libertad, La Pradera, Santa Fe-Progreso Nacional, planteamos esta cuestión hidráulica: el tubo que ahora se está colocando -paralelo a la línea de la calzada- y que desemboca en el río, bajo el puente, vencerá la ley de la gravedad? O, Pascal está equivocado?

Como lo sabe o intuye cualquier fontanero de Jacona, sin haber leído a Blaise Pascal, cuando un líquido está en reposo alcanza el mismo nivel en todos los recipientes que lo contienen, independientemente de la forma de tubos y excusados debido a que la presión atmosférica y la gravedad son constantes en esos recipientes o sea: la presión ejercida sobre un líquido se transmite íntegramente y con la misma intensidad en todas las direcciones sea cual fuere la forma geométrica, posición del tubo o tipo de líquido, se trate de orina humana, aguas jabonosas o de lluvia.

Así, en las actuales circunstancias, el tubo de 36 pulgadas de diámetro (91.44 centímetros), negro en su capa externa, blanco en la interna, cuyo extremo inferior quedará ligeramente abajo del nivel del río Duero (NAMO, 11 de febrero de 2021), sí puede conducir el agua de lluvia que se precipite sobre la calzada -a la altura del Fraccionamiento “El Ensueño”- y el líquido que drene del cerro Las Cruces, Balcones de Jacona, Isabel La Católica, Tabachines, San Agustín, etc. a través de calles y del dren Solares, pero es poco probable que fluya cuando el río Duero alcance su nivel de aguas máximas extraordinarias (NAME) en varios momentos entre julio y octubre de cada año.

Dicho de otro modo: la obra en curso -el nuevo tubo de Jacona- funcionará con toda seguridad siempre que el  caudal del río tenga un gasto de unos 4 metros cúbicos por segundo (en las “secas” o estiaje), pero no en temporada de lluvias, cuando el Duero -con 64 m3/s- forma una gran presa entre  el Fovissste y  el viejo puente de la calzada; en esas condiciones no puede dar salida pronta a los excedentes del verano, y es posible que el tubo sirva para formar otra fuente en la calzada, en Sams, El Ensueño y espacios contiguos.

“Bajita la mano” y sin más recursos que la imaginación, bajo el puente de la calzada se forma una “alberca” de más de 576 metros cúbicos cuya presión contra las “paredes” del recipiente se incrementa por la velocidad del cauce –aguas arriba- y la contención hidráulica inducida por la pendiente menor que se aprecia desde  ese punto hasta  el puente de Tubos (La Libertad).

En consecuencia, si el flujo de Las Adjuntas a la calzada “viene en feroz madriza” (acelerado, veloz) y se “atora un poco” por la represa formada en la parte casi plana del valle, se genera una mayor presión y como dijera aquel famoso plomero, Pascal: Cuando sumamos cierta cantidad de líquido adicional, este se desplaza hasta alcanzar un nuevo nivel de equilibrio, el mismo en todos los recipientes.

Con todo respeto para los técnicos que proyectaron el nuevo tubo en la calzada, es posible que haya algún  error. También creo que en estas obras de prevención hay algunas omisiones: a) urge limpiar, desazolvar el dren que “cruza” bajo la calzada, de este a oeste (Oxxo-gasolinera a distribuidora de autos); b) importa construir las (re) presas de contención en las barrancas (Pescador, Corazón)  como una de las maneras de disminuir volumen y velocidad a las escorrentías; c) provechoso no construir más “toboganes”, como les llama el ing. Torres Puga, a las calles de 2 m3  de capacidad con pendientes muy pronunciadas;  y, obviamente, d) imaginar cada obra como parte del todo que incluye  el área de captación del cerro de Las Cruces y que no olvide a su ciudad siamesa, Zamora.

¿Las autoridades de Jacona obsequiarán información del proyecto? ¿Dejarán que el público se acostumbre a sólo mirar? Apostamos a ser parte de una sociedad informada y conducida por políticos responsables.Por eso, sin más herramientas que la intuición, comparto con el ing. Manuel Torres Puga, la preocupación porque de no  respetar la (ley) gravedad y el principio de Pascual, ese tubo puede provocar inundaciones de mayor gravedad.

**J.Luis Seefoó Luján, es colaborador de Zamora Despierta. Doctor en Desarrollo Regional por la UdeG y profesor investigador del Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán. seefoo@colmich. edu.mx. El contenido de este artículo es responsabilidad de su autor/a.