De Camécuaro al Lago Ventura 

Manifestación pacífica afuera del Lago de Camécuaro

Omisiones y transgresiones 

Por: J. Luis Seefoó Luján *

Las autoridades, de todos los niveles y los funcionarios de las más diversas dependencias, actúan de modo omiso ejecutan acciones poco transparentes o, de plano, cometen ilícitos en materia de desarrollo urbano, construcción, manejo del agua y medio ambiente. Eso es “tan normal” que los ciudadanos ya casi nos acostumbramos.             

Diríamos, retomando a  Trevor Stack, que hay zonas grises de legalidad – ilegalidad en los actos gubernamentales y privados que hacen muy similares  los negocios de la construcción, transporte, comercio con el  narcotráfico. En unos y otros se observan acciones apoyadas en “soportes medianamente legales” que aprovechan vacíos de legalidad y omisiones sistemáticas de la autoridad. 

Estas omisiones y transgresiones, en sentido estricto, son delitos de cuello blanco que llevan a cabo  las  personas bajo la cobertura de una razón social detrás de la cual hay hombres y mujeres de “carne y hueso” que se benefician de terrenos, concesiones comerciales, uso de información privilegiada y cambios de uso del suelo, entre otras modalidades de usufructo y/o reapropiación de bienes. 

Esta entrega comenta ciertos paralelismos entre dos procesos distintos: uno es  la tala y sustitución  de árboles, nuevas construcciones y probables efectos en el uso del espacio por comerciantes en el área natural protegida de Camécuaro; otro es la construcción de un gran estacionamiento subterráneo, oficinas del obispo y sanitarios, obra conocida popularmente como Lago Ventura. 

1. CAMÉCUARO Y EL USO INCORRECTO  DE LA POLICÍA 

El jueves 8 de septiembre de 2022, elementos de la  Policía Michoacán portando en su uniforme el logo “Guardia Civil” gasearon a dos mujeres, arrastraron a una de ellas y detuvieron a Juan Manuel Medina, en la entrada del Lago de Camécuaro, en el contexto de una manifestación ciudadana contra las obras se llevan a cabo en ese parque nacional (DOF, Lázaro Cárdenas, decreto  8 de marzo de 1941). 

De modo eufemístico, llamo “uso incorrecto”  a la represión aplicada por la Policía Michoacán porque su función es proteger las garantías constitucionales de las personas, no golpearlas, ni privarlas de su libertad. El gobierno, a través de sus empleados y funcionarios tiene el deber de ser garante de esos derechos como son la manifestación, la libre expresión y tránsito, aún en el supuesto de que no tuvieran razón. 

Tal manifestación, en voz de Juan Manuel Medina, detenido y luego liberado, fue motivada  porque el gobierno municipal y el patronato que administra el Lago de Camécuaro, no han dado respuesta satisfactoria a sus peticiones que son: conocer el manifiesto de impacto ambiental y los permisos para demoler árboles y sustituirlos por otros, ecológicamente adecuados, así como las licencias para edificar nuevas obras. 

Los manifestantes expresan su inconformidad porque el argumento de la autoridad municipal sí identifica a 10 árboles enfermos y los  derriba pero la tala no se detiene ahí: la sierra Husquarna arremete contra 100 árboles llamados invasores (casuarinas, eucaliptos) y 47 endémicos, éstos últimos ubicados en una zona de nueva construcción. 

El gobierno municipal alega haber llevado a cabo una conferencia de prensa hace meses y que la falta de información no ha sido su responsabilidad.  

El secretario del ayuntamiento, la mañana de la manifestación – aprehensión, convocó a una mesa de diálogo a  las 14:00 horas del martes 13 de septiembre en la Casa de la Cultura “Rubén C. Navarro” de Tangancícuaro. 

El fin de semana, viernes 9 de septiembre, a través de medios digitales se comunicó que la Procuraduría Federal (PROFEPA) y la Procuraduría del Medio Ambiente en Michoacán (PROAM) habían suspendido los trabajos en el Lago de Camécuaro porque “sólo habían autorizado la sustitución de árboles y no otras obras”.  Y (también) convocaban a una mesa de diálogo para el martes 20.  

Eucalipto: de benefactor a villano 

La duda (y es la autoridad quien debe aclararla con asesoría de académicos) comprende varios puntos: 1) Reconociendo que las casuarinas (casuarina equisetifolia L) y los eucaliptos (Eucalyptus globulus) son especies no endémicas o “no nativas”,  ¿Deben ser sustituidos porque la causuarina (“Pinito”) procede de Australia, Malasia y Polinesia  y porque el eucalipto (“Gigante”) fue traído de Australia y Tasmania? 

Es de esperarse que el gobierno municipal y el patronato del lago, basados en estudios de la flora, tengan sus razones para el derribo y sustitución. Y el “corazón del argumento” no es una suerte de xenofobia arborea. De ser así nos quedaríamos sin muchos vegetales porque proceden de Asia, Africa y Oceanía: limón (india, China), mango (China, India y Myanmar), tamarindo (Sudán, Africa Tropical), Tabachín (Madagascar, Africa), caña de azúcar (Asia), plátano (Islas Salomón, Nepal) , trigo (valle del Eufrates y Tigris, Medio Oriente), manzana (sur de Kazajistan, Kirguistan, Tayikistan y Xinjiang, China. También la verdolaga (Portulaca oleracea) procede de la India, Oriente Medio y Sur de Europa. 

Si se llegara a aplicar el criterio de derribar todo árbol no  nativo, sufriríamos mucho. Cada especie tiene su sentido y debe haber más razones que su extranjería. 

La casuarina que bautizamos como pino, pero no es tal, fue traída a México, a principios del siglo XX, por el Ing. Miguel Ángel de Quevedo para  cultivarse en los médanos del Golfo de México y proteger la costa (ver Wikipedia). Este  llamado “pino” es originario de las Islas Andamán (India) y las costas marítimas desde el sur de Bangladesh, Myanmar, Tailandia y Malasia hasta las áreas subtropicales de Australia, Melanesia, Micronesia, las Filipinas y la Polinesia. 

Los estudiosos advierten que la casuarina “altera radicalmente la luz, temperatura y la composición química del suelo del hábitat costero, desplazando e inhibiendo el crecimiento de otras especies de plantas y destruyendo el hábitat de insectos y otros animales e incluso puede causar problemas respiratorios y reacciones alérgicas en seres humanos (Rentería et al., 2007). 

Del “Gigante” (Eucalipto) se sabe que sirvió de sombra al monstruo de Tasmania (el de las caricaturas). Y se han invertido millones de dólares en su plantación (Argel, Cádiz, Córcega) por su rápido crecimiento y sus bondades para desecar —al tiempo— zonas pantanosas propicias para el paludismo (malaria). 

Su introducción a México fue promovida en 1874 por el Consejo Superior de Salubridad, organismo que a través del Dr. De Bellina estimó que con 52 millones 650 árboles de eucalipto  se mejorarían las condiciones sanitarias del valle de México. El “Gigante” —eucalipto— tiene sus lados amables. Lo sabe la gente de escasos recursos económicos, la del Seguro Popular o INSABI cuando enferma de tos. 

La literatura alude a algunas propiedades medicinales del eucalipto: las hojas son anticatarrales, balsámicas y expectorantes; tiene poder antiséptico además de febrífugo; reduce los niveles de azúcar en el plasma sanguíneo; y, por su poder antiséptico y su agradable aroma se usa en multitud de preparados industriales para combatir los resfriados

Por eso, antes de encender la Bosch, Einhell, Husquarna  para derribar un árbol, debe contarse con un plan de manejo o, al menos diseñar una idea para no talar sólo porque los abuelos del eucalipto  están sepultados en otro continente. 

Más dudas  

Siendo un parque nacional, ¿Quién es el responsable de su manejo? ¿Cómo logran ponerse de acuerdo el Patronato, la Comisión Nacional del Agua, las autoridades ambientales federales, estatales y municipales? ¿Por qué es necesario preservar especies de árboles, arbustos y otras plantas  que sean endémicas -nativas? Y, cómo evitar (o ya no tiene sentido) que el cuerpo de agua sea invadido por mojarras tilapias procedentes de Africa? En México se cultivan ocho tipos: tilapia herbívora, tilapia del Nilo, tilapia Stirling, tilapia blanca, tilapia de Mozambique, tilapia naranja, tilapia mojarra y tilapia roja de Florida (SADER, 26-01-2016, acceso 8-09-2022). 

Bien, sin ahondar en los peces y otros organismos del área natural protegida de Camécuaro, hay temas que el gobierno no puede postergar: el plan de manejo, ¿el estudio elaborado por colegas del CIIDIR-IPN de Jiquilpan ya fue autorizado? De ser así, por qué NO aparece en la pagina de Semarnat? 

Si el plan de manejo no es un documento “estratégico” cuya divulgación ponga en peligro a Tangancícuaro, o al país ¿por qué se guarda con tanta secrecía? 

Un poco más directamente: ¿Qué tipo de edificios se construyen en el entorno del lago? ¿Un auditorio, más locales para comerciantes? ¿Se redistribuirán las concesiones? 

2. OMISIONES Y TRANSGRESIONES EN EL LAGO VENTURA 

Nunca se repetirá lo suficiente para generar conciencia y para convencer a los funcionarios y gobernantes que cumpla sus deberes. Así que estamos de nuevo fastidiando sobre algunas irregularidades cometidas en la construcción del Lago Ventura. 

Resaltamos “un pequeño error” en la ubicación de la demolición número 2012378 sin pagos al municipio “excenta (sic) con fecha 13 de julio de 2012. 

En el texto dice: “Demolición de estructura de concreto armado y muros de tabique de una edificación que tenía uso como casa de la cultura con una superficie de 1,345 m2 (…) deberá ejecutarla de 10:00 PM a las 6:00 AM para evitar molestias al Centro de Salud por el ruido y vibraciones que se originen por el equipo mecánico y manual (…) y deberá colocar tapiales de protección y señalización para seguridad de transeúntes”. 

En esta “licencia de construcción” núm. 2012378 firman, como director de Planeación y Desarrollo Urbano, la arq. Laura G. Méndez Corona, subdirector de autorizaciones, arq. Mario Alberto Escobar Ochoa. También se asienta el nombre del responsable de la obra, Juan Carlos Guerrero Arévalos I.C. (Vasco de Quiroga no. 68, Jacona) se menciona como propietario a “gob.Federal comodatario – Patronato pro construcción dela obra inconclusa A.C.”. Aquí aparece el nombre de la Sra. Martha Linares Ascencio Presidenta del Patronato. 

En ese formato no precisa anexar escrituras, comprobante de predial, comprobante de agua ni de número oficial y un detalle interesante es indicar como ubicación la esquina N. Héroes y J. Sierra que corresponde al Centro de Salud y no a la Casa de la Cultura. De igual manera, el croquis localiza el sitio de demolición en J. Sierra y Niños Héroes, un polígono de 45 por 38 metros. En tales calles se ubica el Centro de Salud, no la Casa de la Cultura.

Sin posesión legal del predio, menos licencia de construcción 

La construcción del Lago Ventura cursa por un largo rosario de irregularidades. Primero, al no contar con un documento formal que acredite la posesión legal (propiedad), no cumple el requisito básico para obtener licencia (permiso) de construcción. Entonces, la inmobiliaria de Raúl Ventura Navarro carece de: número oficial, acotamiento, permiso para materiales (arena, grava, escombro), excavación, demolición, etc. Tampoco cumple el requisito elemental de contar con el dato público del perito (ingeniero civil, maestro albañil, alguien) responsable de la obra colocado en un punto visible. 

Con esos faltantes, ¿Cómo lleva a cabo una excavación de ese tamaño? ¿Serán 5,100  metros cúbicos estimados a partir de una superficie de 1,700 m2 por 3 metros de profundidad? Si no tiene el visto bueno del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAZ), ni de la Comisión Nacional del Agua o de algún plomero certificado, ¿Cómo extrae 50.4 metros cúbicos por hora desde la primera semana de abril y los tira al drenaje tranquilamente? 

Agua subsuelo

No sabemos cuánto líquido extrae esa buena bomba, pero por el diámetro de la manguera se puede estimar un gasto de 14 litros por segundo (LPS) equivalentes a 50.4 metros cúbicos cada hora. Así, bajo jornadas mínimas de 6 horas diarias, de inicios de abril a la primera semana de septiembre (125 días hábiles), sumaríamos 37,800 metros cúbicos tirados al drenaje, al estilo del “Titanic”. 

Aplauso entre familia, Conflicto de intereses 

El 22 de agosto, el gobierno municipal, el buen gobierno, monta un show al que llama supervisión  “con la intención de verificar que el proyecto de la Sacristía del Santuario Guadalupano sea llevado a cabo sin generar afectaciones presentes o futuras, que cumpla con los requerimientos técnicos necesarios” etc. etc. 

Los “supervisores” invitados al punto de excavación fueron: Aldo Navarro, regidor de obras públicas; Carlos Mireles, regidor de ecología; Francisco Avalos, director de planeación urbana; una persona en representación del Patronato Pro Santuario; Raúl Ventura Navarro, presidente del Patronato y promotor del lago; una representación del Consejo del Centro Histórico. También asisten directivos del Colegio de arquitectos y del Consejo Municipal de Ecología. 

Montado el show hacen circular la fotografía con la leyenda “ para poder dar continuidad y que esta obra en ningún momento genere afectaciones para los zamoranos”. Siempre cultivando la imagen de un acuerdo de los presentes.  

¡Y cómo no! ¿Se esperaría que Aldo Navarro, Carlos Mireles, Francisco Avalos y el propio Raúl Ventura cuestionaran una construcción tan marcada por la ilegalidad? 

Meses antes nos trataron de “ver la cara” diciendo que el relleno parcial de roca y granzón tenía como finalidad “controlar el mosquito”. Obvio que la rampa hecha de roca y granzón era para facilitar la obra. 

Al inicio del mes patrio retiraron la bomba, luego la máquina de demolición y la oruga. Dos semanas sin trabajar en el lago Ventura. 

¿Qué sigue? ¿Defenderá el gobierno estatal -el de la 4 Transformación- el patrimonio social? ¿Echarán al Centro de Salud para entregar más bienes públicos al alto clero? 

Todo puede esperarse cuando el poder público -civil- y los negocios privados y eclesiales son la misma cosa. Omisión y transgresión son parte sustancial de los buenos gobiernos de la 4 Transformación cuando no hay organizaciones de la sociedad civil que actúen como contra peso. 

*J.Luis Seefoó Luján, es colaborador de Zamora Despierta. Doctor en Desarrollo Regional por la UdeG y profesor investigador del Centro de Estudios Rurales de El Colegio de Michoacán. seefoo@colmich. edu.mx. El contenido de este artículo es responsabilidad de su autor/a.